domingo, 9 de diciembre de 2018

La autoestima: por qué nos cuesta valorarnos



   A pesar de que investigadores postulan que la conciencia de uno mismo aparece en los primeros meses de vida, es importante recalcar que la opinión que tiene un individuo sobre sí mismo se verá enormemente influenciada por el contexto social en el que se encuentre. Factores como la cultura, la publicidad y los pares determinan, en cierta medida, la evaluación que hacen las personas sobre ellas mismas.



  Para explicar cómo la autoestima se ve influenciada por atribuciones externas, se debe comenzar por el autoconcepto. Este término se define como la creencia y opiniones que tiene una persona sobre sí misma y la valoración que uno le da a este autoconcepto es lo que se conoce como autoestima. Una vez que se es consciente de la existencia de uno mismo como individuo aparte e inserto en un entorno determinado, comienzan a aparecer las comparaciones con los demás. Las comparaciones sociales resultan de la conciencia de uno mismo. Cuando alguien logra identificarse dentro de un entorno como un objeto distinto de los demás, es capaz de hacer comparaciones respecto a cómo es en realidad y como le gustaría ser. Duval y Wicklund, quienes plantearon la autoconciencia objetiva, afirman que el resultado de esta comparación suele ser una sensación de que se tienen defectos y emergen emociones negativas asociadas con ese reconocimiento. La publicidad muchas veces provoca que las personas realicen comparaciones con los demás. La cultura de un determinado grupo de personas valora diversas cosas y la publicidad es la que se encarga de mostrar lo valorado. Aspectos físicos, como ser atractivo o tener un cuerpo ideal, son características que la sociedad valora y que pueden producir una baja autoestima. La publicidad influye enormemente en la valoración que uno tenga sobre sí mismo. Por otro lado, si una persona no se identifica con el grupo que la publicidad tiende a mostrar como lo valorado por la sociedad, es probable que presente una baja autoestima. La identidad social es otro de los factores que interviene en la autoestima. Es parte de la vida social de cada uno sentirse identificado con un grupo debido a las características que este presenta y ha raíz de aquella representación surgen comparaciones entre los individuos del mismo endogrupo. Para un niño, no ser el más inteligente o el más bueno en alguna tarea específica dentro del área escolar, puede provocar una baja autoestima, lo que a largo plazo repercute en una desconfianza en ellos mismos y en problemas con los amigos.

Es aquí donde cabe preguntar, ¿está el entorno condicionando la valoración que se tiene sobre uno mismo?¿quién es es responsable de la baja o alta autoestima de los individuos?. No se están buscando culpables, solo concientizar de la sociedad que se está formando. Día a día, millones de personas deben lidiar con anuncios publicitarios que muestran imágenes de lo “valorado” por su cultura y no sentirse representado con lo que la mayoría evalúa como bueno provoca que hoy miles de hombres y mujeres sufran de patologías tales como la anorexia y la bulimia. Tener una alta autoestima es fundamental para un adecuado desarrollo emocional y cognitivo, pero pareciera ser que eso no es relevante. Lamentablemente, el hombre se encuentra sumergido en un mundo que imposibilita la valoración positiva de cada ser humano por ser tal y como es.




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