domingo, 9 de diciembre de 2018

Detengamos las masas



  Imagina que estas manejando por la calle y de repente aparece un hombre desnudo en la mitad de tu camino, cubierto de sangre en la boca y en el cuerpo. Este se dirige hacia ti listo para atacarte. Parece un cuento de terror, pero no lo es.


Estos son los efectos de la droga ALFA PVP, o mejor conocida como “la droga zombie”. Esta droga es un peligro que se esta transmitiendo rápidamente en todos los países del mundo.

El ser humano no es perfecto y suele caer en errores que le permiten aprender y volver a levantarse. Hace muchos años que el trafico de drogas existe, hay países que aceptan algunas y hay otros en donde no. Pero esta droga no da segundas oportunidades. Una vez que la consumes, ya no hay vuelta atrás. Sus efectos son rápidos y adictivos al instante.

Si piensas en todas las historias que se han repetido debido a esta droga, ¿por qué será que la gente la sigue consumiendo?
Según Hogg Vaughan, existe un “efecto de conversión” que trata de “una influencia de la minoría que provoca un cambio interno y privado, súbito y profundo, en las actitudes de una mayoría” es decir, que los adolescentes se están dejando llevar por las masas, por los grupos de personas influyentes quienes tienen, seguramente, un nivel de inseguridad bastante elevada.
Por otra parte, y siguiendo a esto, se podría mencionar otra hipótesis acerca de la persecución al peligro. Según la teoría realizada por Turner y asociados llamada “la teoría de la categorizaciondel yo”, acerca de como el proceso de categorizarse como un miembro del grupo genera identidad social y conductas grupales e ínter grupales.
Esta teoría es al revés de lo que propone la otra, varían en que la teoría de la categorización del yo, es una persona influenciada por la mayoría, en cambio el efecto de conversión es la minoría la que influye sobre una mayoría.
Es preocupante la situación que está pasando, debemos poner freno y dar cuenta de lo que de verdad hace esta droga, ya que si esta se sigue propagando la sociedad juvenil se transformará en una sociedad de delincuentes y comenzará una tercera guerra mundial. No quiero generar miedo ni tampoco persecución, al contrario, el propósito de este estracto es generar advertencia e informar a nuestra sociedad juvenil chilena lo que se no está acercando paso a paso, y el peligro que corremos es, en gran medida, un horror. Brindemos seguridad a los jovenes del pais y no dejemos que caigan en el seguimiento de masas, de los influyentes.

Hitler: Un alterador de la conducta prosocial de las personas.

   Adolf Hitler fue un dictador alemán, quien estuvo al poder durante  12 años (1933-1945), quien impartió la ideología Nazi, estando a cargo de las tropas alemanas durante la segunda guerra mundial, dejando un total de 6.100.000 individuos judíos muertos, de un total de 62.000.000 de personas difuntas. Sin embargo, la pena muerte no fue el peor castigo para ellos. Desde principios de la guerra, los judíos tuvieron que convivir en un entorno de segregación social, maltratos, abusos, discriminaciones, pobreza, etc. Esta figura influyó de forma impactante en el actuar de las personas, en relación a un odio irracional por los individuos de religión judía, llevando a aquellos que se consideraban dentro de su partido político, a cometer tales actos de violencia. En relación a esta información, se pueden plantear diferentes preguntas: ¿Cómo es posible que se alcanzara tal nivel de violencia? ¿Por qué las personas no se oponían a la doctrina de Adolf? ¿Por qué no se prestó la ayuda debida a quienes lo necesitaban?  Todos estos atentados en contra a los judíos, tienen que ver con la influencia de un líder negativo (en este caso, Adolf Hitler) en la conducta prosocial de las personas.
La conducta prosocial “es un término general que se refiere a todos los comportamientos que benefician a los demás {…}. Incluye los actos de ayuda y puede estar basada en una mezcla de motivos altruistas y egoístas” (Batson, Duncan, Ackerman, Buckley y Birch, 1981), la cual, se vio afectada en la sociedad de la época, no necesariamente por no querer prestar ayuda al otro, sino que, en ese período, existía un miedo a una posible sanción, que es el castigo a los traidores y desleales al momento de cooperar con el enemigo (en este caso, todo aquel que estuviese en contra del partido impuesto por Adolf, judíos, etc.). Todo esto inicia a causa de la presión social que prevalecía respecto a las normas impartidas por Hitler en contra de los judíos. Por tanto, las personas podían sentir empatía por el otro, sin embargo la emoción del miedo y que se les haga daño a ellos o a sus seres queridos, interferían en su disposición a actuar de una forma prosocial.
Dentro de este contexto, actúa el prejuicio, el cual se ha definido como “una antipatía que se apoya en una generalización imperfecta e inflexible. Puede sentirse o expresarse. Puede estar dirigida hacia un grupo en general, o hacia un individuo por el hecho de ser miembro del grupo.” (Allport, 1953). En este caso, los Nazis generaron una profunda identidad social, el cual es una identificación grupal que genera favoritismo por su endogrupo y existe cierta tendencia en perjudicar al exogrupo (Taiffel y Turner, 1979), quienes en este caso, serían los judíos. Por tanto, todos aquellos que estuviesen fuera de su endogrupo, serían vistos como una amenaza, actuando de forma perjudicial contra ellos. En este caso en específico, el prejuicio se llevó al acto, y por ende se volvió en discriminación, el cual incluye comportamientos agresivos por el exogrupo. A partir de la doctrina Nazi iniciada por Adolf, las personas a favor de él, al sentirse identificadas con lo que él promovía, actuaban en base a normas que favorecieran a los integrantes de su endogrupo, el cual tenía como fin la eliminación de los judíos.
En conclusión, debido a la doctrina Nazi iniciada por Hitler, las personas comenzaron a sentirse identificadas en este grupo,  llevándolos a generar un odio irracional por los individuos judíos y atentar contra ellos. Además, la sociedad temía en ser sancionados por la traición, prefiriendo no involucrarse y, por tanto, no ayudando.

La autoestima: por qué nos cuesta valorarnos



   A pesar de que investigadores postulan que la conciencia de uno mismo aparece en los primeros meses de vida, es importante recalcar que la opinión que tiene un individuo sobre sí mismo se verá enormemente influenciada por el contexto social en el que se encuentre. Factores como la cultura, la publicidad y los pares determinan, en cierta medida, la evaluación que hacen las personas sobre ellas mismas.



  Para explicar cómo la autoestima se ve influenciada por atribuciones externas, se debe comenzar por el autoconcepto. Este término se define como la creencia y opiniones que tiene una persona sobre sí misma y la valoración que uno le da a este autoconcepto es lo que se conoce como autoestima. Una vez que se es consciente de la existencia de uno mismo como individuo aparte e inserto en un entorno determinado, comienzan a aparecer las comparaciones con los demás. Las comparaciones sociales resultan de la conciencia de uno mismo. Cuando alguien logra identificarse dentro de un entorno como un objeto distinto de los demás, es capaz de hacer comparaciones respecto a cómo es en realidad y como le gustaría ser. Duval y Wicklund, quienes plantearon la autoconciencia objetiva, afirman que el resultado de esta comparación suele ser una sensación de que se tienen defectos y emergen emociones negativas asociadas con ese reconocimiento. La publicidad muchas veces provoca que las personas realicen comparaciones con los demás. La cultura de un determinado grupo de personas valora diversas cosas y la publicidad es la que se encarga de mostrar lo valorado. Aspectos físicos, como ser atractivo o tener un cuerpo ideal, son características que la sociedad valora y que pueden producir una baja autoestima. La publicidad influye enormemente en la valoración que uno tenga sobre sí mismo. Por otro lado, si una persona no se identifica con el grupo que la publicidad tiende a mostrar como lo valorado por la sociedad, es probable que presente una baja autoestima. La identidad social es otro de los factores que interviene en la autoestima. Es parte de la vida social de cada uno sentirse identificado con un grupo debido a las características que este presenta y ha raíz de aquella representación surgen comparaciones entre los individuos del mismo endogrupo. Para un niño, no ser el más inteligente o el más bueno en alguna tarea específica dentro del área escolar, puede provocar una baja autoestima, lo que a largo plazo repercute en una desconfianza en ellos mismos y en problemas con los amigos.

Es aquí donde cabe preguntar, ¿está el entorno condicionando la valoración que se tiene sobre uno mismo?¿quién es es responsable de la baja o alta autoestima de los individuos?. No se están buscando culpables, solo concientizar de la sociedad que se está formando. Día a día, millones de personas deben lidiar con anuncios publicitarios que muestran imágenes de lo “valorado” por su cultura y no sentirse representado con lo que la mayoría evalúa como bueno provoca que hoy miles de hombres y mujeres sufran de patologías tales como la anorexia y la bulimia. Tener una alta autoestima es fundamental para un adecuado desarrollo emocional y cognitivo, pero pareciera ser que eso no es relevante. Lamentablemente, el hombre se encuentra sumergido en un mundo que imposibilita la valoración positiva de cada ser humano por ser tal y como es.




sábado, 8 de diciembre de 2018

La importancia del liderazgo y la comunicación persuasiva en las campañas electorales


   Actualmente, se pueden ver una gran cantidad de carteles en las calles con distintos candidatos para los diferentes cargos para el mando del país. Esto ocurre precisamente porque las elecciones  se acercan cada vez más, y es necesario incentivar a las personas para que voten. No es fácil realizar una campaña, de hecho implican altos costos y desgaste físico, pero para lograr que sea eficiente, informativa y completa es fundamental que los postulantes presenten características para liderar y una comunicación persuasiva hacia los ciudadanos.
      Todos los candidatos son distintos en sus formas de convencer a las personas, pero tienen en común la necesidad de tener características de líder porque son los representantes de una comunidad. La teoría de la contingencia de Fiedler, describe la manera en que se obtiene una alta efectividad de un grupo u organización mediante la personalidad de un líder y la situación. La base de esta hipótesis es el grado al cual se conduce su estilo para liderar, si se orienta a las tareas o en las relaciones, la facilidad con que es capaz de influir en sus seguidores dependerá de lo favorable que sea la situación. Los principales elementos de su modelo son las características del líder, el control situacional y su efectividad. Es necesario que el dirigente tenga la capacidad de poder demostrar sus capacidades y ser cercano a las personas para poder obtener su aprobación. En el caso que ya sean personajes conocidos, es importante exponer sus nuevas ideas para que los sujetos cambien su opinión acerca de él.
     Los medios de comunicación son utilizados por estos aspirantes para transmitir sus ideas y convencer a la población que les corresponde tener el cargo, pero para que esto sea eficaz, es necesario que el mensaje sea claro y llamativo. La comunicación persuasiva tiene relación con el cambio de actitud de las personas y con la publicidad. El modelo general del enfoque de Yale, se emplea como base de la teoría de las comunicaciones moderna en publicidad, quienes descubrieron tres variables generales involucradas en la persuasión, el primero es el comunicador y la fuente, es decir quién es el creador del comunicado, la honradez, simpatía y cercanía son necesarias para poder influir en los demás. El segundo es el mensaje, es importante que haya un orden de los argumentos y que se entienda, y por último, el público a quien se dirigen, en este caso, se expresan para todo un país, por lo que debe ser entendido por todos, usando un vocabulario común. Luego de que haya una comprensión, atención y aceptación por parte de los ciudadanos, puede haber un cambio de opinión que provoque que voten por él y que sea el elegido. Es por esto, que es necesario que haya una comunicación persuasiva para lograr un cambio en la decisión, tomando en cuenta la forma del mensaje y cómo se va a transmitir.
En conclusión, para lograr una eficiencia en las distintas campañas es fundamental que los candidatos demuestren su capacidad de liderazgo para obtener el cargo y que haya una comunicación persuasiva, tomando en cuenta al emisor, el mensaje y el receptor, porque son variables que van a tener mucha importancia al momento de votar, ya que un llamado de atención puede incitar un cambio de opinión.

Medios de comunicación: Parte del problema




   El conflicto en la Araucanía ha sido uno de los temas más debatidos y polémicos de este último tiempo a nivel nacional. Dándose a conocer noticias como la quema de camiones de parte de un grupo de mapuches en forma de protesta ante este problema, entre otras cosas. Todo pareciera indicar que los conflictivos son los Mapuches pero ¿es realmente así? Los medios han transformado la idea de los Mapuches en sinónimo de terrorismo creando prejuicios en la población. Esto se puede explicar por medio del impacto social y el poder.  
    En los últimos años la comunidad Mapuche se ha visto involucrada en diversas noticias en las cuales se les acusa de terrorismo incluso sin tener evidencia. Es cosa de recordar los incendios masivos en los que tuvieron que aceptar todo tipo de especulaciones asegurando que eran ellos los culpables. La comunidad mapuche ha estado en boca de todos y ha sido mayormente culpa de los medios quienes han ocupado su poder para crear prejuicios. Se define poder como la capacidad de influir en otros y de resistir a sus intentos por influir. Es exactamente eso lo que han hecho los medios con los Mapuches, esparciendo noticias que no tienen veracidad y haciéndolos vulnerables a críticas y discriminaciones.  
    Seguido de esto viene el impacto social; que es el efecto que tienen otras personas sobre nuestras actitudes y nuestra conducta. Individuos que nunca han tenido contacto ni conocido a un Mapuche en su vida ya tiene una opinión negativa de ellos, aislándolos y desarraigándolos como chilenos. Esto no es sino, discriminación pura. Los prejuicios son muy fáciles de insertar en las personas y los medios de comunicación masiva deberían pensar antes de dar una noticia que solo generará un impacto social negativo en las personas. 
Como conclusión y para resumir, se puede afirmar que los Mapuches han sido material de injusticia y prejuicios por parte no solo del Estado sino también de los medios y los mismos chilenos. Es importante tomarle peso a las noticias que son publicadas en los medios de comunicación ya que es muy fácil crear una imagen de algo que realmente no es así e incitar al odio. Es momento de que se cambie la mentalidad y entendamos de una vez por todas que los mapuches son un pueblo originario de Chile y en vez de tratarlos como terroristas y apuntarles con el dedo, deberíamos empezar a incluirlos porque no vale apelar a un cambio con los inmigrantes si no somos capaces de ayudarnos entre nosotros mismos.